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jueves, 10 de marzo de 2016

La bolsa

Ella tenía 15 años. Mientras bajaba del avión de su padre le dijo:

— Necesito comprarme esa bolsa.
— Hija, vale una fortuna; no tiene caso.
— Papá, ¡La necesito!
— Gánatela.
— Ya hice la tarea.
—Gánatela de verdad.

Y así, la inscribió a trabajar. Embolsaba en WalMart.

En ocasiones, las amigas de su madre la reconocían y le dejaban una moneda de más.

Por desafío a su padre, las vacaciones las pasó en WalMart. De sol a sol: embolsaba, se cansaba, no claudicaba. Su palabra, capricho y honor de quinceañera estaban en juego. Tenía que callar a su padre.

Se le rompieron las uñas, todas. Se burlaron de ella. Pasó algo de hambre; dicen que fueron 40 días en un desierto donde ella misma embolsaba los panes.

Finalmente, alcanzó los 13 mil pesos. No se compró la bolsa; ese dinero —dicen— nunca se lo ha gastado.