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jueves, 10 de octubre de 2013

Luis Castro

Luego de toda una vida en un pueblo de España, se aventuró a cruzar el Atlántico.

Desembarcó en Veracruz. Entró al primer café. Le pareció ver un rostro familiar.
   ¿De casualidad es usted Luis Castro?
   No.

El forastero se marchó.
   Luis, ¿pero por qué le has negado ser Luis Castro?— preguntaron sus amigos.

   No he negado ser Luis Castro. He negado serlo “de casualidad”.