Resulta que un día, Nicanor salió a la ciuda’ y descubrió lo que llamó “las ventanas de ricos”, a esto ordinariamente se le llama vidrio, pero en el pueblo, dicha sustancia no existía. Entonces el cavernícola que pudo ver la luz fuera la cueva, regresó para compartir su descubrimiento. A pesar del escepticismo sobre la posible existencia de tan raro material color invisible… los cavernícolas pudieron traer al pueblo, tanto vidrios como piedras.
Nicanor fue alabado y como no sabía leer se constituyó en el candidato idóneo para ser electo diputado. Tras unas obscuras (y por tanto normales) elecciones quedó facultado para recibir un sueldo de 100 salarios mínimos (al día) y accesoriamente para crear algo que fonéticamente se escuchaba algo así como “pleɪ” .
Uno de esos días normales de trabajo, es decir, sus vacaciones, decidió viajar al otro lado para derrochar algunos pesos, visitar a sus amigos mojados y ya de paso, preguntar en la tierra de los güeros, que carajo quería decir aquella mentada cosa denominada “pleɪ”.
Salió de la duda cuando le dijeron que “pleɪ” significaba recostarse, así que en cumplimiento de su obligación regresó al Palacio de San Lázaro para echarse y así realizar su trabajo relativo a “pleɪ”.
El juego en la cancha de San Lázaro era divertido y con butacas para espectadores. Cada vez que el participante del micrófono dejaba de decir rollos (en un español de ese que no se entiende porque utiliza palabras bien raras), los diversos equipos levantan la mano para hacer puntos y después ser contados en un tablero electrónico al estilo del Hipódromo de NY sólo que más caro (costó 120 MDP). Nicanor vio que el equipo rojo levantaba la mano, así que un gesto de camaradería hizo lo propio. Ese día se estableció que habría una reforma constitucional… entonces se entró a uno de esos debates raros donde el punto era definir cuál era la ideal constitución de las medidas de cautela. Pero Nicanor, no sabía quien era Cautela, así que consideró sensato afirmar que sus medidas ideales seguramente estarían entre los 16 y 22. Fue así entonces como el 26 de febrero de 2008 nuestros diputados aprobaron los artículos 16 a 22 de la Carta Magna, lo que más tarde dio lugar al acta de nacimiento (decreto) de los juicios orales.
La llegada de los juicios orales, fue como la caída del meteorito en Chicxulub: se empezaron a extinguir todos los dinosaurios. Permítanme explicarme, para ello quiero retomar las palabras del ingeniero Polo (de 66 años) que ayer en una comida me comentaba. Una de las ventajas de la informática es que su progreso no es detenido por los viejos dinosaurios temerosos de lo incierto que resultaría el cambio evolutivo.
Los halagados esquemas jurídicos impuestos y enseñados por los dinosaurios, son una arma de doble filo… por un lado son un sendero conocido, pero por otro, impiden descubrir nuevos caminos, de modo que el joven poeta, ésta vez, no hace camino al andar, sino que recorre una y otra vez el itinerario tal cuál lo establecen los paradigmáticos mapas creados por los dinosaurios.
PARÉNTESIS RELATIVO A LA INFORMÁTICA (((
Una de las ventajas de lo inexistente es que no se puede romper. En la informática, no hay caminos, no hay paradigmas… por eso no existe ese recorrido pavimentado incuestionable… que termina obstaculizando la creación de nuevas rutas. Como no hay camino… no hay camino que desobedecer. Toda aventura será sobre desconocidas aguas… en este momento el caminante, hace camino al andar. No hay dinosaurios tripulantes que ordenen al mismo recorrido de siempre… porque en algo tan nuevo es inconcebible la palabra “siempre”… y es que la primera vez que se viajo se hizo sin mapa, sin paradigma, sin camino, pero con la valentía y la esperanza de ser el primero, de ser el descubridor… por eso de entre los millones de hombres que han cruzado el charco, el que más brilla en los libros de historia no es otro que Cristóbal Colón… a quien por cierto detesto por acreditarse los méritos de los verdaderos descubridores del continente americano, esto es los hermanos Pinzón.
))) FIN DEL PARÉNTESIS
El derecho, a diferencia de la informática, se parece más bien a la carretera a Izucar… pues a dicho lugar se puede acceder, si y sólo sí se toma la mencionada carretera. En derecho el trayecto a seguir está perfectamente bien delimitado por aquel Mapa (code civile) decimonónico creado con fósiles dinosáuricos, visigodos y romanos.
Dicho mapa (con constantes baches y bacheo) sigue siendo el único caminito transitado. Entonces son los viejos dinosaurios de la ruta quienes conocen bien sus curvas, baches y subidas. Pero… Nicanor ha tirado un meteorito extintivo sobre la carretera: los viejos mapas han dejado de funcionar. El sistema procesal penal ha colapsado… el paradigma se ha roto, lo de hoy son los juicios orales, donde al igual que en la informática no hay caminos que seguir, no hay paradigma que romper.
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