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jueves, 2 de diciembre de 2010

No sé que dicen los mapas

Cierto día del 2010. México, DF.

-No te vueles- me dijo la lagunera


No volaba, mantenía los pies en la tierra. ¿Debería volar? Ya con la imaginación tengo suficiente. Eso creo. Pero el inframundo y sus gusanos terrestres me tienen aterrado. ¡ALEJATE! …entonces: ¿vuelo o no vuelo? Ya no entiendo nada, lagunas hay en mi cabeza. En esas lagunas navega la lagunera.


Norte, sur, tierra o agua. No sé que dicen los mapas. ¿Alguien sabe donde está el tesoro? Este nómada no se cansará de buscarlo.


Yendo un poco al norte, en enero me vi en Querétaro. Llegamos Chucho y yo en el mismo barco. Gritó tierra a la vista. Entonces, él era quien tenía derecho a las mercedes del descubrimiento. Codicio ese derecho, pero adjudicármelo sería una puñalada por la espalda contra un miembro de mi propia hueste.


Ríos de honor y sangre azul son la afluente de las lagunas de mi cabeza. No a la traición por ser el más pirata de los sentimientos. ¿pero el tesoro? ¿De verdad renunciaría al amor, al deseo y lo que en realidad quiero? No sé, ¡hay tantos sentimientos en juego!


- Tu fobia a los gusanos niega el tesoro bajo tus pies- me dijo Lorena


¿Debería excavar? En esta desértica arena de confusión ya estoy demasiado hundido. Eso creo. Aún así las alturas y sus caídas me tienen aterrado. ¡ALEJATE! …entonces: ¿excavo o no excavo? Ya no entiendo nada, pero mi sed me incita a buscar el agua. De esa agua está hecha Lorena.


Norte, sur, tierra o agua. No sé que dicen los mapas. ¿Alguien sabe donde está el tesoro? Este nómada no se cansará de buscarlo.


Yendo un poco al sur, en enero me vi en Puebla. Entre la lluvia llegó Lore. Estaba yo empapado pero tenía mucha sed. ¿Con qué derecho puedo beber una agua que no me pertenece? Tomar de esa agua, sería robar lo que no me he ganado; esclavizar a quien es libre .


Gotas de su libertad son la afluente de los obscuros pozos de mi mente que impiden la visibilidad de mis ideas. No a la esclavitud por ser el más ladrón de los sentimientos. ¿pero el tesoro?¿De verdad renunciaría al amor, al deseo y lo que en realidad quiero? No sé, ¡hay tantos sentimientos en juego!

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