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martes, 14 de agosto de 2012

El tiempo que te sobra


Tenía unos 17 años cuando mi bachillerato me envió a hacer una colecta para ayudar a los pobres. Resulta que un amigo me propuso pedir limosna en los peseros. Los choferes nos dejaban subir gratuitamente, luego dábamos un discurso de unos 25 segundos y pasábamos a recoger las monedas que nos daban los pasajeros. Pero esa anciana -que recuerdo como si la hubiera visto ayer- me rompió el corazón. Tenía unos 80 años, ropaje humilde y desgastado, cayos en las manos que me mostraban su pasado campesino. Me sonrió -con una de esas sonrisas dulces e incondicionales- mientras sacaba su humilde monedero para regalarme $10 pesos, que para ella, representaban seguramente dejar de comer algo, o tal vez -ese día-… no comer. No pude más, en la siguiente parada me bajé y mis lágrimas empezaron a caer. Eso es entrega, dar de sí al otro. Esa dación, ese dinero (escaso y necesario) es el que mueve, el que motiva.

A la Madre Teresa de Calcuta se acercó un rico norteamericano para realizar un fuerte donativo. Él extendió el cheque hacia la monja.

-   -    ¿En verdad no necesita este dinero? ¿de verdad le sobra?
-   -    Si, de verdad Madre.

Ella dejó al hombre con el brazo extendido y dijo:
-   
    -   Si de verdad no lo necesita, si de verdad le sobra, entonces: para mi causa, ese dinero, no funciona.

Ella alguna vez también dijo: «cuanto menos poseemos más podemos dar». ¡Es verdad! para dar de lo nuestro, ¡de lo que es más nuestro!, hay que dar aquello que necesitamos,  mejor dicho, aquello que más necesitamos. Solo eso, es una verdadera entrega.

Pero la entrega, no se hace solo con pesos; también con tiempo, también con sacrificios. Y por eso, está bien ir a “La Villa” o hacer el “Camino de Santiago”, pero esa anciana que lo caminó con su bastón, paso a paso y con los pies descalzos, es quien merece todo mi reconocimiento, el cual –paradójicamente- le es totalmente indiferente. Cada uno de sus pasos solo tiene un fin: entregarse, en este caso, a Dios.

Alguna vez escribí sobre una niña que huía descalza de su casa para acompañarme en contra de la voluntad de su estricto padre. Escena tal vez para ustedes trivial, circunstancial, pero a mi me dejo marcado.

Guardando obviamente las proporciones, porque ni soy Dios; ni ella, Teresa de Calcuta, queda marcada en mi su entrega, su riesgo, ese salir conmigo a pesar de las consecuencias, a pesar de la falta de zapatos –para en el escape no despertar a su padre-, porque: me dio de ese tiempo que no tenía, que no le sobraba, que era tiempo “para estar en casa”. Esas cosas, no se olvidan.

Si me das el tiempo que te sobra, mejor, no me des nada. 

viernes, 10 de agosto de 2012

De la nada al todo


A mis 12 años de edad estuve a punto de ser atropellado por una bicicleta. Un viejo que pasaba me salvó con un grito: «¡Cuidado!»

El ciclista cayó a tierra. El viejo, sin detenerse, me dijo: «¿Ya vio lo que es el poder de la palabra?» Ese día lo supe.

Bueno, y si la palabra tiene poder, no les quiero ni contar del Beso, pero me refiero al Beso con mayúscula, ese que se da como si fuera la primera vez, pero también como si fuera la última.

¿Precio? Varían, unos son gratis; otros cuestan la vida;  otros, la muerte. Manuel Acuña - 24 años- a falta de un beso de Rosario tomó cianuro, cuentan algunos rumores que una vez muerto logró dárselo.

Pero los besos no solo matan cuando no se dan, también cuando se dan. No me refiero a Judas y sus 30 monedas, sino a uno de esos besos que matan en el sentido de que deshacen al ser que lo recibe, y es que lo deshace porque pierde su esencia: su razón, su voluntad y su conciencia. Esta esencia huye y entonces, en una alucinación: impensable, inconciente e irracional se toca el paraíso sin estar en él. Viajamos vivos a tierra de muertos.

Alguna vez, reflexionaba cómo sucedió la creación del universo. Se me hacía impresionante que de la nada surja el todo. ¿Y qué es un beso? Nada, o bueno, casi nada, un simple contacto de labios… pero de esa nada, surge todo.

Tip para poner los semáforos en verde


Hace algunos meses, me convocaron a unas reuniones donde iba un montón de gente del gobierno -y hasta extranjeros- donde los expertos exponían unos estudios que demostraban que una de las principales causas de muerte, es manejar usando el celular. A raíz de eso, ya solo contesto el Whatsapp en los altos.

De repente vibra el celular y mensaje:
    —   Urgente, pásame el número de la Policía.

Tenía el semáforo a unos 4 segundos. Mi objetivo: escribir tres dígitos: 066. Recorrí 3.99 segundos, cambió la luz a verde y avancé para llegar al siguiente rojo que estaba a un par de cuadras… acerqué mi dedo al cero y en ese instante un montón de coches atrás empezaron a tocar desesperadamente, tal cual fueran a dejar a su esposa -ya con la fuente rota- a la sala de partos, yo por si las dudas aceleré y me aproximé al siguiente rojo … pero al llegar … otra vez verde y así sucesivamente hasta llegar prácticamente a mi casa. Por cierto, puedo presumir que ese día rompí mi record en hacer el menor tiempo posible desde la oficina.

Bueno, queridos cuatro lectores, ahora saben la técnica para poner semáforos en verde. 

Cuando vayamos a tomar algo, ya no tienen pretexto para llegar tarde.

Que tengan un bonito viernes


domingo, 29 de julio de 2012

Año de pizzas gratis. De esas cosas que les pasan a las mamás de mis amigos

Y mientras Claudia pedía más catsup para su pizza escuchó a la operadora telefónica.

- Sra. Igartua, le confirmo su orden: son dos pizzas grandes, hawaiana y 4 quesos, dos Coca-Colas y una Manzanita; calle Tabachines 236, serían ….$350. Gracias por llamar a Domino´s, le recuerdo que si su pedido no llega en menos de 30 minutos, su orden es completamente gratis.

Y así fue como Claudia se enteró de que su amiga Mary Igartua, aquel 28 de diciembre cenaría pizza. 

Al instante, le marcó a su amiga:

-Buenas tardes, hablamos de Domino´s Pizza para informarle que su llamada fue registrada con el número 100,000. Nos complace informarle que es la ganadora de nuestra promoción !Año de Pizzas gratis con Domino´s Pizza!,  lo único que tiene que  hacer es presentarnos su ticket de compra dentro de los siguientes 50 minutos. Pida directamente hablar con nuestra gerente, porque nuestros operadores desconocen esta promoción. Muchas felicidades y gracias por comprar en Domino´s Pizza. 

Yuuuuuuju!!! Gritó Mary Igartua, aventó de felicidad el teléfono, y en cuanto llegó el motociclista, le pidió el ticket para conducir a toda velocidad por su premio. Su prisa hizo, que ese día salga un tanto desarreglada, además casi olvida pagar … olvidaba que el año de pizzas gratis, todavía no había comenzado.

Un tráfico pesadísimo, y al interior del restaurante la multitud le impedía el paso. Le quedaban 2 minutos, pero sabía que estaba en tiempo, entonces ella festejaba:

- Yeah, yeah ¡Año de pizzas gratis!- levantaba las manos y enseguida, seguía su canto -¡Año de pizzas gratis!!!!-
¡La gente la miraba con sorpresa! Pero ella esquivaba personas y miradas para llegar a la barra y hacer válida su promoción. 

- Llegué en menos de 30 minutos. –dijo emocionada levantando un poco la ceja izquierda mientras mostraba con la derecha el ticket y con la izquierda el reloj-

- Buenas tardes señora, ¿le puedo tomar su orden?

-No, no, vengo por mi ¡Año de pizzas gratis!

- ¿Disculpe señora?

- ¡Mi año de pizzas gratis! –gritó aún más emocionada-

- Señora, le podemos ofrecer los siguientes paquetes, paquete 1: “Arma tu pizza, eligiendo la masa y los ingredientes que usted quiera” también puede elegir el paquete 2 que incluye a la “Nueva Pizza crunchy…

- ¡No, no! – Interrumpió ella- quiero: ¡Mi año de pizzas gratis! Lo olvidaba, los operadores no conocen esta promoción, ¿le puede llamar a la gerente?

- Con gusto señora, en seguida viene nuestro gerente.

Y llegó el gerente y NO la gerente. Que raro pensó, pero felizmente pidió que le den el cupón que le haga efectivo el premio. El gerente la miraba un tanto extraño, pero ella agradecía a la compañía la promoción.

- Disculpe señora, aquí no tenemos esa promoción – dijo en tono serio el gerente-

- ¡Pero cómo que no! a mi me hablaron, y llegué en tiempo. A mí:  ¡me hacen valer la promoción!

- Perdone señora, pero esa promoción no existe-

-Por su puesto que existe- y luego pronunció varias frases cortas pero contundentes-  recibí su llamada; traigo el ticket; llegué en 28 minutos; mi llamada fue la 1000 y ...quiero ¡MI PREMIO! -acto seguido concluyó- es justo que paguen lo me deben.

El tono de conversación fue subiendo y se volvió más bien una discusión. No sé porqué, en esos momentos de máximo stress siempre suele sonar el celular. Y así fue. Mary contestó enojada:

- Perdóname Cláudia, te marco luego, es que estoy aquí en Domino´s y no me quieren hacer valer la promoción que me gané, es un pésimo servicio...    -y sin querer, le volvió a contar a su amiga toda la historia- 

Ella solo escuchó con la mismita voz de operadora telefónica de la pizzería: “Feliz Día de los santos inocentes, amiga

domingo, 25 de marzo de 2012

Grandes coincidencias de un experto en margaritas

Era un día de mayo de 2008. Fer nos invitó a Fran y a mi a su casa de Murcia. Sus padres tenían por invitados a la familia Abellán. Yo no le podía quitar los ojos de encima a Sita, la hija menor; y Fer y Fran a la mayor. Amor a primera vista, creo yo. Y es que Sita es una de esas mujeres a las que “te dan ganas de darle un buen beso con ganas”.
La familia de Sita, la familia de Fer. 
Del lado derecho de la mesa: Sita, Fran y yo.

-        ¿Entonces eres de México?  -me preguntó la madre de Sita-

Típico que al hablar de México en el extranjero, surgen al tema: tequila, sol y “mucho bueno margarita”. Luego, llegó uno de esos momentos donde dices una mentira inconsciente, una mentira piadosa contigo mismo, todo con el fin de volver a  ver a Sita:

-       Soy “experto en margaritas”, les podría enseñar a preparar algunas: MAÑANA. 

Había entonces 2 noticias, una buena y una mala. La buena:  iba a volver a ver a Sita. La mala: no tenía ni la menor idea de cómo preparar una margarita.

Una gran investigación de Fran en su laptop nos dio la receta así que al otro día al despertar fuimos a comprar tequila, Cointreau, limones, fresas y hielos. Cuando llegamos del supermercado ya habían llegado las niñas y esperaban ansiosas su margarita para colmar el calor.

Arriesgué mis dedos, pero me lucí al cortar los limones, Fran ágil frapeando el hielo con la licuadora y al final unas margaritas de 5 estrellas, hechas por “expertos” quienes aprovecharon para enseñarle a prepararlas a Sita Abellan y familia.

Fran y Fer dando clases a Sita de
 como preparar una margarita.

Hoy en el camastro -me tomaba la segunda margarita que he preparado en mi vida-, mientras tanto me acordaba de toda esta historia y especialmente de Sita.
Yo acordándome de Sita

Mientras bebía, saqué mi Iphone para ver un poco el Twitter y como trending topic: el nuevo anuncio de Loewe. Me puse a ver en Youtube el video y what the fuck: veo como protagonista a Sita Abellan. No sé si preparé muy cargada la margarita de hoy (y me hizo alucinar) o efectivamente una gran coincidencia sucedió.

LES DEJO EL VIDEO:


Sita en el comercial de LOEWE a partir del 2:21 y 2:49

martes, 6 de marzo de 2012

Hola Paulina, le dije

7 horas seguidas de clase… y luego Wal-Mart, así eran los martes. Odié todos, excepto uno.

Martes 9 de mayo de 2006  —¿ven con qué exactitud recuerdo la fecha? Siempre es así cuando uno evoca situaciones de peligro extremo—, compraba algunos yougurts de fresa cuando de pronto ella pasó y tiré todo el anaquel.
-       
          --Fíjese joven-- Me dijo una dependienta que ahora tenía que arreglar ese desorden.

Y claro que me estaba fijando, de hecho no me podía dejar de fijar … en ella. El desorden de siete yougurts tirados no tenía nada que ver con el desorden en cada una de las células de mi cuerpo al verla caminar.

Los pasillos del súper se convirtieron en una pasarela donde ella caminaba. Su faldita del Colegio Sagrado impidió que siga el orden de la lista y simplemente seguí cada uno de los pasos de Paulina. Ella señalaba y su empleada colocaba el producto en el carrito, luego discutía con su hermana algunas cosas e indicaban a la empleada otra cosa.

Mi roomie, que como cualquier otro martes, me acompañaba a hacer las compras, se desesperó por permanecer en la zona de shampoo 15 minutos, pero le rogué paciencia, porque sabía que esos 15 minutos serían recordados el resto de mi vida. Tomó el shampoo rosa y caminó a la caja 7, no dudé en ir a ese lugar.

-            --Carajo José hay 20 cajas vacías y vas a la única que tiene cola--
-            -- Lo siento Santiago esto es inevitable--

Pagaron y yo pagué un jabón para disimular –mi carrito obviamente iba vacío. La cajera tardó larguísimos segundos en darme el cambio pero apuré el pasó para alcanzarla en la banda eléctrica que baja al estacionamiento. Luego Paulina volvió a discutir con su hermana y dio vuelta en U para volver a subir a la zona de cajas.

Llegué hasta la camioneta y juré que jamás la volvería a ver.

-               --José con tus pinches prisas se nos olvidó sellar el ticket del estacionamiento--

¡Divino olvido! Regresé a la caja 7 y he ahí a Paulina en idénticas condiciones que yo.
En los momentos de máxima adrenalina, todos tus sentidos están al cien, por eso pude ver en una milésima de segundo el bordado del suéter escolar “Paulina Maass”

-               --Hola Paulinita-- Le dije.

lunes, 13 de febrero de 2012

La infinitud del círculo


Cuando llegó Lorena pensé que la noche se desvanecía ante el sol, pero luego se fue y la noche lo eclipsó.

Luz, obscuridad; luz obscuridad, todo por un incesante rotar para llegar siempre a la misma hora y al mismo lugar.

-       - ¡Mundo detente! que con Lorena quiero estar.
-       - Precisamente por eso –me dijo- he de girar

Luna, lejos, luna cerca y otra vez pedazos le han de faltar. Dime Lorena si vas a regresar.

- ¿Quieres ver con ella las estrellas? Entonces la noche debe llegar.

Baja pero siempre vuelve a subir el mar. Lágrimas por tristeza, también por felicidad y a veces hasta el mar negro brillando está, pero también es verdad que las rosas blancas no se ven en la obscuridad. Sol, fuente de vida que luz nos das, confiesa también que tu corona puede quemar.

domingo, 29 de enero de 2012

Totalmente fuera de mi alcance

Llego al restaurante y tres mujeres despampanantes en la mesa de junto. Totalmente fuera de mi alcance, pensé; pero fui feliz cuando noté que no dejaban de mirarme. Me giraba para verlas y ellas regresaban a su plato, pero pocos segundos pasaban y otra vez miraban hacia mí. Haciéndome el despistado paré el oído para escuchar cada una de sus palabras “está guapísimo” “lo quiero sólo para mi” “está hecho un sueño”. Orgulloso me sentí, me acomodé la corbata decidido a ir a por ellas; de pronto me di cuenta que tenía una tele con Brad Pitt atrás de mí. Carajo.