Fui varios días de la semana al casino y ganaba, pero carajo el jueves perdí $N,000. Para continuar el despilfarro ese día salí con dinero ajeno; el viernes volví a salir y me gasté aún más. El sábado no tenía un solo peso... pero había una fiesta buenísima en la hacienda de Xavier. Tenía que ir.
El rancho de la fiesta estaba cerca de la ciudad de Atlixco, por una carreterita. Salí de la fiesta a las 4AM. Buenísima la fiesta, pero ese es otro tema. El caso es que ya con mis cubas manejaba a mi casa. También etilicamente venía conmigo Jorge. En la mugre carreterita: ¡se me acaba la gasolina! ... y
a) Marcarle a los de la fiesta: IMPOSIBLE-BORRACHOS.
b) Marcarle a mis papás: QUE OSO DESPERTARLOS: HIJO IRRESPONSABLE.
c) Marcarle a mis amigos de Atlixco: ESTABAN EN LA FIESTA y ADEMÁS BORRACHOS.
d) Marcarle a mis amigas de Atlixco: ESTABAN ENOJADAS PORQUE NO LAS INVITÉ (perdónenme, pero la fiesta era por lista y no podía invitar a nadie más)
José Migoya héroe pensó que lo ideal era caminar por la carreterita hasta el entronque con la carretera principal donde había una gasolinera. Caminé como 4 kilómetros en la obscuridad del campo, algunas partes las corría con Jorge, el borracho caminaba chueco pero corría perfecto. Le daba ánimos:
- Vamos, Jorge, como cuando corríamos en la selección.
Los perros ladraban. Ni una gota de gasolina y una mar de miedo e incertidumbre contextualizaban la noche. La navaja para el colmo se me olvidó en la camioneta.
Total llegué a la gasolinera y.... ya era domingo: no abren hasta las ocho.
- ¿José, qué hacemos aquí? - me preguntó repentinamente Jorge.
- Tratando de conseguir gasolina.
- ¿Para qué?
- Para hacer un incendio idiota.
Pregunté al velador dónde estaba la próxima gasolinera.
-5 kilómetros al oriente- me dijo.
¡Puta madre! Total caminaba, ya sin correr porque mi amigo ya no podía con su borrachera. Buscaba sintiéndome un idiota o una puta algún ride. Ninguno.
Jorge quería parar trailers....
- Tal vez alguno nos levanta- dijo Jorge.
- Ni que fueras puta, no nos vamos a subir a un trailer ¡que miedo!
- ¿A dónde vamos?
- A mi casa- contesté
- Tu casa no está para allá, sino para allá - señalaba unas montañas totalmente del lado opuesto.
- Estás equivocado.
- Carajo que yo estoy bien -me dijo-
- ¡No! Estás mal... pero mira si quieres camina para allá y te veo al rato en mi casa.
Empecé a caminar y el me seguía....
- Vamos a correr porque ahí vienen unos perros -le dije-
- No, solo eso me faltaba, te juro que si me atacan me rindo- me dijo con una cara que mezclaba agobio y preocupación tal como se unieron el tequila y vodka esa noche.
Seguimos caminando y después de horas la otra pinche gasolinera... Exhausto me le quedé viendo con ojos de desamparo: no podía comprar gasolina y luego regresar hasta la camioneta: moriría en el camino. ¿Taxi? Ninguno a la redonda, además mi presupuesto en ese instante eran $16.50
- ¿Oye cuánto dinero traes?- pregunté a Jorge.
- Déjame ver... carajo creo que perdí mi cartera.
Mi amigo insistía...
- ¿A dónde vamos? Todo es culpa de Xavier ¿por qué no nos quedamos a dormir ahí? Oye tengo una idea, y le empezó a marcar a su ex.
- ¿Qué haces?
- Le marco a Ale, le decimos que estamos por su casa y que nos vamos a quedar ahí porque estamos perdidos.
- La casa de Ale está como a 15 kilómetros ¡cuelga ya!
No sabía qué hacer.... de pronto vi una luz que se acercaba en la carretera. Un camión que venía desde Matamoros (ciudad a una hora). Me puse prácticamente enfrente de la carretera. El autobús se detuvo. Me subí le dí 10 pesos. Me ignoró y se detuvo en la terminal de autobuses.
Me baje y fui a un taxi. ¡No servía! Le ayudé a arrancarlo al empujón… Jorge no entendía que pasaba.
- ¿Pero qué hacemos aquí?- me preguntó.
- Es que en tu borrachera me empujaste y moví el volante, entonces la camioneta se volteó, no puedo creer que no te acuerdes después del golpe que te diste.
- Si ya me acordé, me duele horrible –contestó Jorge mientras se sobaba la cabeza y la espalda simultáneamente- (Cabe mencionar que en la fiesta, Jorge se destrozó la espalda consecuencia de un descenso a toda velocidad en la bicicleta del hermano de 6 años de Xavier, obviamente la bicicleta y la espalda estaban destrozadas).
Le dije al taxista que me lleve a comprar gasolina y después a mi camioneta. El taxi me llevó hasta la segunda gasolinera, pero carajo también estaba cerrada. Cuando pasé no lo había notado porque la luz estaba prendida. De todos modos nos detuvimos ahí, necesitaba sacar de la basura unos botes de aceite para recolectar gasolina (en los botes de refresco está prohibido vender gasolina, por cuestiones legales). Mi amigo me veía extrañado pepenando algo de la basura.
- ¿Tienes hambre? –me preguntó-
- No, tengo sed, ahorita te doy un trago del aceite que me gusta.
Total conseguí dos botes y nos fuimos a otra gasolinera que estaba lejísimos. Conseguí $16.50 de gasolina. Nos fuimos hasta donde estaba la camioneta... le eche toda la gasolina. Gracias a Dios en el asiento del coche estaba tirada la cartera de Jorge, le saqué los únicos $120 que tenía, y le pague al taxi exacto. Me fui en neutral y volándome los topes para ahorrar gasolina. Gracias a Dios llegué a casa. Al otro día mi papa agarró mi camioneta para cargarle gasolina. (Hay una gasolinera a un minuto de mi casa)... pero se le acabó la gasolina en el camino....